domingo, 23 de agosto de 2009

Sin tiempo para soñar.


Antes ya les había dicho que me considero una soñadora, creo que en realidad lo soy y en todo el sentido de la palabra. Para explicarme mejor voy a usar el típico ejemplo de diccionario (nunca falla hehe) -soñador: 1 Se aplica a la persona que sueña mucho mientras duerme. 2 Se aplica a la persona que vive sin tener en cuenta la realidad. 3 Se aplica a la persona que imagina con facilidad.- Creo que todo eso se podría aplicar a mí con facilidad. Realmente creo vivir soñando, no sólo por las madrugadas cuando dormida me pierdo en un mundo infinito de sueños con significados e historias increíbles. También al despertar, cuando me encuentro día, tarde y noche soñando despierta.
Encuentro yo en los sueños, una puerta de escape de la realidad hacia un mundo donde todo finalmente es posible. Bueno he de aclarar que no es que no me guste mi realidad presente o que no esté contenta, pero creo que soñar es necesario, siempre lo será...Después de todo siempre vamos a querer algo mas.
Sé que los extremos nunca son buenos y que ciertamente en éste caso no es diferente. Si vivo soñando y olvido la "realidad" entonces tarde que temprano me encontrare con que no he hecho nada. Que cuando por fin decida despertar y comenzar a vivir pueda ser quizá ya muy tarde. Es por eso que uno tiene que aprender a soñar. La clave está en vivir los sueños. Convertir los sueños en planes y esos planes en acciones eventualmente; claro, siempre aspirando por mas! Por cierto, ya que andamos con los sueños acabo de recordar el maravilloso monologo de Segismundo -"¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ficción, una sombra, una ilusión, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son."- Dios, hace tantos años que leí eso por primera vez y sin embargo, hoy me sigue encantando tanto como en aquél entonces. En fin, pensé que Calderón de la Barca y su obra merecían una mención en esta entrada, después de todo tiene toda la verdad; la vida es sueño. Bueno ahora a darle razón al titulo de esta entrada. Sin tiempo para soñar... Genuinamente ese fue mi sentir durante esta semana. De pronto me encontré muy ocupada haciendo cosas y dejando que el trabajo (cosa a la que he de admitir no estoy muy acostumbrada) y los estudios me absorbieran por completo. Es así pues como me encontré sin tiempo para soñar. Literalmente, ya que esta semana he dormido un promedio de 4 horas al día y luego también sin soñar despierta. De pronto sin darme cuenta deje ir eso y comencé a hacer cosas y no a soñar. Seguramente podre encontrar un balance para esto en un futuro, pero mientras me encuentro indecisa. En las últimas semanas he estado pensando mucho en lo que quiero y debo hacer (eventualmente) Pensando en que tal vez es hora para darle un vuelco a mi vida y comenzar a hacer cambios. Comenzar a dar los primeros pasos que me acerquen a mis sueños (bueno aquí vamos otra vez con los sueños) y empezar por así decir a vivir realmente. Dejar a un lado las excusas, los temores y la flojera para por fin hacer algo. Esta semana pues me dio la oportunidad de probar eso. Mis sentimientos al respecto son verdaderamente encontrados y opuestos. Por una parte sentí una gran satisfacción al saber que estaba siendo de utilidad y al ser de la misma manera remunera en mas de una forma por mi esfuerzo y tiempo. Honestamente creo que esta ha sido una de las semanas mas productivas de mi vida y al notar eso no puedo negar que me siento feliz. Sin embargo, al mismo tiempo note como con solo una semana, mi vida y yo cambiamos en ciertos aspectos. Algunos para bien, otros no tanto... Lo que honestamente me da miedo es ser finalmente atrapada por una rutina, por los horarios y compromisos y empezar a vivir con todo programado y en automático y que eventualmente olvide lo bello que es soñar... Soñar es un privilegio al que no pienso, no quiero, no puedo y no voy a renunciar, pero me he dado cuenta que a veces solo se trata de sobrevivir un día más; despertar, trabajar, estudiar, dormir y el mismo circulo una y otra vez. Entonces pues si cada minuto del día está asignado a algo que debe hacerse y a horarios inquebrantables ¿terminare verdaderamente sin tiempo para soñar? He no sé, hoy simplemente me apetece perderme en el mundo de los sueños por un buen rato, sin pensar en compromisos, problemas, fechas, planes ni realidad alguna... Simplemente soñando. Pero sé que el día de mañana he de despertar a la locura y frenesí de la realidad y seguir viviendo, sólo espero pues poder transportar la belleza de ese mundo de los sueños que tanto amo a éste mundo de realidad.

Finalmente les comparto éste pensamiento que encontre en otro blog y me llegó al corazón
: - Soñador/a: poseedor de la capacidad de ver un cielo azul donde todo pinta sólo gris. Poseedor de un corazón esperanzado. Aquel que decide darle rienda a su destino sin importar críticas o resultados. Aquel que no sólo toca puertas sino todas las ventanas posibles. No es sólo aquel que duerme para idealizar lo imposible sino el que despierto se atreve a hacer realidad lo impensable. Es el que no le teme a enamorarse del amor. -

No hay comentarios:

Publicar un comentario