miércoles, 27 de junio de 2012

Nunca he hecho propósitos de año nuevo. Primero porque se me hace algo banal, na'más por no dejar, por hacer como que este año "si lo voy a empezar con todos los huevos." Pues no, a mí eso no se me da, en parte también, porque sé que al igual que la gran mayoría no haría más que dejarlos arrumbados a la segunda semana (si bien nos va.)  Pero cuando llega mi cumpleaños... ¡Ay, Dios! Entonces si me pongo a hacer mil planes, empiezo a hacer una línea mental de lo que hice y no hice, lo bueno, lo malo y lo feo y entonces, conforme el reloj se va acercando la hora; me digo y me prometo a mí misma: "¡Este si va a ser tu año! Este año no me voy a dejar, no abandonaré mis sueños, no cometeré los mismos errores que llevo TODA la vida haciendo. De verdad; ¡ESTE VA A SER TU AÑO! (si, con negritas y todo)" 
Bueno, pues la fecha se va acercando de nuevo y el ritual comienza a repetirse. Ahí está la balanza y ahora me toca acomodar cada cosa en su lado y a pesar de que sé que las cosas no son negras, ni blancas en su totalidad y que pretender medir un año en mi vida "en bueno o malo" es una tontería, sé que aún así lo haré...
Aquello es inevitable, pero fuera de mis agradecimientos, los reclamos, las sonrisas y las lágrimas que recordaré esta noche mientras se me acaban mis 20s y llegan marchando los 21, lejos de todo ese bullicio, me quiero pedir algo... Tengo algo que pedirle a la Pirinola. No sé si es deseo, favor, suplica u orden, pero se lo pido de todo corazón:
¡Suéltalo todo! Deja ir todos esos recuerdos. Lo que pasó, lo que llegó, lo que acabo, lo que fue (lo que no fue.) Y recuérdalo esta noche, disfrútalo y súfrelo, pero sobre todo, asegúrate que mañana ya no estén contigo estas cosas...
Sí en verdad es un nuevo año en tu vida, entonces que sea todo nuevo y ya no cargues mas memorias. Cierra los círculos en los que llevas tanto tiempo girando y empieza un camino diferente. Sólo asegúrate que este año sea diferente; mejor, peor, más raro; como sea, pero que este año sea diferente.